Ayer lidié

Ayer decidí con toda la FE de participar en un concurso literario
con un poema del tiempo en el que vivo, es decir el lidiar en sí.
Aqui lo publico con un gramito de fe que le quito a la que le puse
al sin mas concursar ayer por la madrugada o sea hoy?

Que todas las bendiciones caigan sobre este poema estrellado!
Y que gane este premio!

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LIDIAR

Todo el tiempo en la ardua labor de lidiar,
Con una vida particular sin aquella normalidad
Que la comunidad aspira entre sus raíces.
Lo siento. Vivo entre poesía y pinturas.
Era mi elemento más vital la vista,
Donde caía de grandes alturas
Al amor como un suelo
Que si bien blando, profundo y pegajoso
Rosa, de aroma a frambuesa.

Paredes blancas,
Luces de cristal y cantidades de esferas de espejos.
De esto se trataba esta vida en particular
Que me tocó (sin reproche alguno) bastante plácida
Entre la suerte del estar diligente y resistente.

Mucha noción ya había perdido quizá de tanta danza.
La oscuridad, el frío inmenso. Un mareo de amor.
Tanto gozo igual buscaba lo más hermoso
Era un espejo de belleza mi acción
La música y los ojos con los que se ve,
A veces lo opuesto, a veces solo observo.

Lidio día a día con un rostro que mengua;
Cuanta lluvia amanece. Una conga milonga,
Chocolate y carmesí, de regreso una historia.
Mentirillas, escondrijos, consuelo,
Cajas a la basura; cuanto dolor. Lo siento.
El árbol caído, el niño dormido, la mujer despierta.

Atleta de espasmos graduales, nervios cantores
Aves libres redentoras campanean, Lirios rasos.
Cuanta tela cubriendo mí brazo. Era la leche un deleite
De la carne empobrecida, nerviosa y el túnel.
Mente valiente miente que salvas otra verdad.
Pasaste de tarde, pude verte. La torta.

Escribí entonces otra historia, complicada.
El conflicto era la nueva de las modas.
Zapatos de goma, cabello alocado, sienes.
Agua marina y cielo verde, cándida emoción
Derramada por el suelo, por el sueño de noche.

Sol entre cortinas teñidas, cenizas frías, abrazos
Aves cantoras y arpas. Paraíso el refugio amplio
Docenas de piedras, de borde hierbal. Florecen rocíos.
Elemento numeral, persecución indescifrable. Nociva.
Gratitud y servicio, cuarentena de versos.
Comandaba el universo y la hiel de las venas.

Tanto lidiar hasta esconderse, era una legumbre inocente
Suave y fresca, frecuente. Humo rociador desmedido.
Tirando de la cuerda fuerte, causa tras causa.
Pensaba en cuanto perder, sin ganar aun nada.
Las sandalias se quedarían etiquetadas, pisoteadas.

Niñez como oleajes, azules y constantes.
Como guardaba lápices de tiempo, colores sin tinta
Mezclas de arrugas, lidiar con el tiempo.
Voz masculina y bigote, era un gusto grande
Imposible negarse al cumplirse. Engranaje.

Piñatas de lejos, intocables, eran veinticinco noches
En serena luna que se mece por el temblor de mi cuerpo
Que lidia con este rostro empañado,
Lleno de lluvia, mental corriente eléctrica.
Camisas de cuadros, recuerdos del pasado retornan.
Nuevamente lidiar, con el azúcar negado, el nuevo día.
El arrastre, el pañal y el vaquero en la cabeza.
Las gotas, la mofa, el gotero, la risa.

Plantas de hojas confusas, lo siento.
El temprano en la mañana, el té.
Que singular el frío en la baldosa
El gallo y los cantos de golpe.
Era el sol despertando las luces fuertes.

Cabeza inerte, a veces callada y soñolienta
Olor a montaña en humedad compasiva,
La lana y la oveja, lo siento, pero es que duele.
EL anillo, la talanquera, algún elemento.
Un parque, el hermano, la corteza, las estrellas.
Si es que voy de rosado entonces el amarillo declina.
Confunde.

Presto pasiones escritas, recuerdos. Nuevamente. Lo siento.
Es una vida de lidiar, segundo a segundo, el arrastre,
El humor, la sangre, los maestros, los vagones.
Pasa de pasar el momento, el país, los astronautas.
La historia, el recuerdo, el horizonte.
Lo vertical y el segundo plano. Nada más lidiar.
¡Cuanto más arduo!